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Mostrando entradas de 2015

Sólo quería decirte que...

Gracias. Porque soy feliz y gran parte de la culpa la tienes tú y esa manía tuya de sacarme una sonrisa cada vez que estás cerca. Me gusta estar contigo. Y pasar las horas muertas tumbada a tu lado, perdiéndome en tus ojos y sin querer encontrarme. No necesito nada más que ver cómo los primeros rayos de luz chocan con tu espalda al despertar. Y que no digas nada durante un rato, que te quedes callado mientras me miras. Y que te pierdan las ganas de mí. Que nos falten horas en la noche para decirnos todo sin decir una sola palabra. Que no me canse de besarte. No quiero dejar de reír contigo. De soltar una carcajada tras otra hasta que se nos olvide qué era lo que nos hacía tanta gracia. Porque no tengo ni idea de lo que es esto, ni a dónde coño vamos. Pero me da igual, no me importa. Porque lo único que quiero es seguir disfrutando de este viaje, contigo.

Azar, suerte, casualidad, destino

Dicen que las cosas siempre suceden por algo, que hay un no sé qué ahí fuera que hace que todo tenga un sentido, por ilógico que sea. Un buen día decides comprar unas entradas, por aquello de que te gusta la música y la compañía no puede ser mejor. Además, no hay nada como una buena canción en directo. Podría haber sido otro festival, en otra ciudad, con otros grupos o en otra fecha, pero eliges ese. Por cosas del azar, la suerte, la casualidad o el destino, de repente cruzas tu mirada con alguien y todo cambia. La música se detiene, la gente se difumina alrededor, sólo estáis los dos, dejándoos llevar por la magia que provocan los acordes de guitarra. Y por cosas del azar, la suerte, la casualidad o el destino, algo te dice que eso que está pasando no es más que el comienzo de algo que no sabes muy bien qué es, pero da igual, porque parece muy bueno. Descubres a una persona increíble, que te sorprende a cada segundo y de quien aprendes momento a momento. Y entonces da...

Tu regalo

Dicen que lo bueno se hace esperar. Dicen que lo que sientes, que lo que nace dentro de ti es algo que debes demostrar cada día, que las palabras sobran cuando los momentos hablan por sí solos. Sin embargo, de vez en cuando es necesario que nos recuerden que somos importantes, que alguien  en un trozo de papel nos diga: hey, que te quiero! Y aquí estoy, como siempre cuando me apetece y “no se estila” regalándote un poco de eso que tanto te gusta… Cuesta pensar en un día feliz de mi vida en el que no aparezcas tú por medio, con tu sonrisa y tus ojos azules, con tus manos diminutas y tus incansables ganas de disfrutar cada instante. Eres una de esas personas sin las que soy incapaz de contar para cualquier cosa, porque siempre tienes tiempo para una caña, un piti, para una larga conversación o para una noche más larga todavía. Porque me das alegría, porque me motivas, porque proporcionas a mi vida esa energía que hace que me sienta siempre con ganas de comerme el mundo, eso sí, ...