Hoy los recuerdos, tan traviesos ellos, han querido irrumpir en mi mente de la forma más repentina y mis ojos, sorprendidos, no han podido evitar emanar una lluvia de lágrimas. Ilusa de mí pensaba que lo que la vista no percibe, el corazón no lo padece. Pero se me escapó un pequeño detalle, hay imágenes que no es necesario ver para sentirlas. Esas imágenes que se quedan grabadas en tu memoria y que vuelven sin avisar para recordarte que no han muerto. He revivido en mi cabeza esa historia y se que aquello era real, se que me hacía feliz, pero también parece ser que no era el momento. Ese fue el pretexto "no es nuestro momento". Tras muchas noches peleando con mis pensamientos me he dado cuenta de que fue la excusa más absurda que jamás he escuchado. Siempre es el momento, pero siempre que se quiera que sea, e igual nosotros no quisimos que ese lo fuera. O quizá tuvimos demasiados momentos que fueron tan intensos que bastaron para demostrar todo lo demostrable. Pero eso ...